viernes, 24 de febrero de 2012


TOXICOLOGÍA Y DELITO
La medicina forense es la rama del conocimiento que se encarga de aportar información de carácter científico de las ciencias de la salud y afines al sistema judicial con el propósito de ayudar a resolver un problema social y jurídico. Muchas de las actuaciones médico forenses se relacionan con la toxicidad de las sustancias que son utilizadas para facilitar la comisión de hechos delictivos como el hurto, el delito sexual,  lesiones a la integridad personal o inclusive el homicidio, sin contar con las situaciones accidentales en que un sujeto, principalmente niños, ingieren sustancias tóxicas que le producen daño en su salud; Tampoco podemos dejar de lado las intoxicaciones con fines suicidas.

Los médicos forenses se han caracterizado por tener fuertes conocimientos en toxicología clínica, pues su ejercicio implica que muchas veces deban establecer diagnósticos de intoxicaciones agudas por efectos del alcohol y otras sustancias de abuso ilegales tales como los derivados de la coca, cannabis, opiodes, anfetaminas y otras sustancias sintéticas, entre otras.

El Consejo Económico y Social de la ONU a través de su Comisión de Estupefacientes en su 53º período de sesiones de 2010 mostró preocupación por el uso de sustancias psicoactivas, sometidas a fiscalización internacional o no, como por ejemplo, depresores del sistema nervioso central, benzodiazepinas, ketamina, ácido gamma-hidroxibutírico (GHB) y, en menor medida, cannabis, cocaína, “éxtasis” y anfetaminas, asociadas o no con el alcohol, que pueden alterar el grado de conciencia de la víctima, su estado de alerta y su juicio, como medio para facilitar la agresión sexual u otros delitos.

 Dicho Consejo instó los Estados a que combatan este nuevo fenómeno de la agresión sexual facilitada por las drogas adoptando medidas para concienciar al público, en particular a los segmentos más vulnerables de la sociedad, a los profesionales de la salud y a los organismos de aplicación de la ley, acerca de los modi operandi de los agresores y los recursos de que disponen las víctimas, y acerca de la imperiosa necesidad de que las víctimas busquen asistencia y servicios de análisis a la mayor brevedad, y alienta a los Estados a que remitan a la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes y a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito cualesquiera experiencias, información o resultados de investigaciones pertinentes.

Conociendo que efectivamente muchas sustancias afectan la memoria y voluntad de las personas los médicos y comunidad en general deben estar alerta para diagnosticar y prevenir el uso de sustancias que ponen a la persona a merced de su victimario, dejando secuelas irreversibles e incluso la muerte.


En nuestro medio Colombiano las sustancias más frecuentemente utilizadas son las mezclas de benzodiacepinas con escopolamina, donde predomina un síndrome anticolinérgico caracterizado por sequedad de las mucosas, ausencia de sudoración, retención urinaria,  rubicundez facial y corporal, midriasis, taquicardia, hipertermia, taquipnea, delirios y agitación, de allí la famosa frase a la que no he podido encontrar su autor: “ciego como un murciélago, rojo como una remolacha, seco como un palo, caliente como una brasa y loco como una cabra”, hay que tener en cuenta que por el uso de la benzodiacepina desaparecen en mayor o menor grado los síntomas de delirio y agitación, favoreciendo la depresión del sistema nervioso central y la amnesia anterógrada.


Con esta comunicación queremos llamar la atención a los médicos de urgencias y forenses del país para la adecuada detección clínica y de laboratorio cuando sea posible, de los casos de intoxicaciones asociadas a delitos para que se informen de manera oportuna a las autoridades respectivas, de igual forma realizar campañas preventivas para evitar que personas jóvenes especialmente mujeres consuman sustancias de las cuales no conocen su origen o aquellos hombres que sucumben fácilmente a los encantos terrenales y carnales consumiendo toda clase de sustancias y después la pregunta, que pasó?, porque la memoria está bloqueada, siendo víctimas de hurtos  terminando en unidades de cuidados intensivos con la vergüenza social y familiar, o en la muerte.

Manuel José Martínez Orozco, MD.
M.Sc. Toxicología – UNAL.
Especialista & Máster en Medicina Forense.

No hay comentarios:

Publicar un comentario