domingo, 23 de septiembre de 2012

QUE SE SABE DE LAS ALTERACIONES GENÉTICAS POR EL USO DE PLAGUICIDAS Y HERBICIDAS: A PROPÓSITO DEL GLIFOSATO (ROUND UP)

Manuel José Martínez Orozco, Md
MSC. Toxicología
Especialista & Máster en Medicina forense
 
 
 
Desde el descubrimiento del dicloro-difeniltricloroetao (DDT) por el Dr. Hermann Mûller hasta la fecha, en Colombia se han utilizado una diversidad de plaguicidas como herramienta para controlar las enfermedades transmitidas por vectores, en la agroindustria son utilizados ampliamente para combatir las plagas que amenazan las cosechas y en el contexto político los herbicidas tipo glifosato también son utilizados contra los cultivos ilícitos, siendo un tema controversial que ha suscitado críticas en la comunidad científica nacional e internacional, en los grupos ambientalistas y los defensores de derechos humanos que han señalado violaciones a las leyes colombianas y estadounidenses por la fumigación (Idrovo, 2004).
 
En el ámbito internacional se estima que la exposición a plaguicidas está ocasionando un elevado número de intoxicados, principalmente entre quienes realizan labores agrícolas en países en desarrollo; sin embargo no existe un cálculo exacto de la magnitud del problema, la Organización Internacional del Trabajo, estima que los plaguicidas se pueden asociar con el 14 % de las lesiones ocupacionales en el sector agrícola y del 10 % de todas las defunciones. Colombia no cuenta con un registro epidemiológico confiable sobre las incidencias o prevalencias de los estados de toxicidad en la población, a pesar de estar expuesta a plaguicidas no biodegradables, metales o metaloides (Idrovo, 2000).
 
PRINCIPALES PLAGUICIDAS Y HERBICIDAS  UTILIZADOS EN COLOMBIA
Un estudio realizado en siete regiones separadas de Colombia sobre el uso de organofosforados y carbamatos mostró que en el país se utilizan múltiples variedades de plaguicidas, los más frecuentemente utilizados fueron los  organofosforados (42.4%), seguidos por los carbamatos (17.8%), organoclorados (8.4%) y clorinados (6.6%) (Cárdenas et al., 2005).
 
Con respecto a los herbicidas es notorio el uso del glifosato (nombre comercial Roundup) en la campaña de erradicación de narcóticos financiada por el Plan Colombia, con el cual se inicia la controversia sobre la seguridad de los aditivos que se combinan con el glifosato (Tenenbaum, 2002). Se ha observado una aplicación creciente de glifosato para el control ilícito de la coca y la amapola desde 1997, el área de cultivos de coca fumigados con glifosato ha mostrado un incremento sostenido en los años recientes alcanzando aproximadamente 153.000 hectáreas en 2007. Se han expresado preocupaciones acerca de los posibles efectos ambientales y en la salud humana por el programa de dispersión aérea (Hewitt et al., 2009).
 
GENOTOXICIDAD DE LOS PLAGUICIDAS Y HERBICIDAS
Un estudio realizado por Varona sobre alteraciones citogenéticas en un grupo de mujeres trabajadoras del campo en Bogotá expuestas a los insecticidas organofosforados y carbamatos, comparadas con otro grupo de no expuestas, encontró que el grupo expuesto tuvo una frecuencia significativamente más alta de células con aberraciones cromosómicas y de micronúcleos que las no expuestas (Varona et al., 2003).
 
 
Buscando asociaciones entre los defectos de nacimientos en niños con el trabajo de la floricultura en sus madres, Restrepo estudió la prevalencia de nacimientos en 8867 trabajadoras en Bogotá, encontró un aumento del riesgo para hemangiomas en niños cuyos padres estuvieron expuestos a pesticidas en la industria de la floricultura (Restrepo et al., 1990).
 
Altamar observó un incremento al doble de las tasas de malformaciones congénitas en un periodo de 10 años en el Meta, asociadas con las fumigaciones con los herbicidas paraquat o glifosato, aunque también se tuvieron en cuenta otros factores como el alcoholismo, hipovitaminosis B, sin llegar a conclusiones definitivas sobre la relación de estas anormalidades con dichos productos (Altamar, 2002).
 
 
Olaya – Contreras y col en un estudio realizado en Bogotá con 306 mujeres, de las cuales 153 presentaban cáncer mamario mientras que las restantes se utilizaron como grupo control, encontró hallazgos epidemiológicos sugestivos de un incremento del riesgo para cáncer mamario  en la categoría más alta de exposición al DDT (Olaya-Contreras et al., 1998).
 
Con respecto a los insecticidas piretroides cabe señalar un estudio que se hizo en soldados colombianos impregnando permethrin en el uniforme y otras prendas de vestir como estrategia de prevención contra la malaria y la leishmaniasis, los resultados mostraron que los uniformes impregnados fueron virtualmente no tóxicos, solo se presentaron dos casos de irritación moderada en la piel entre 229 sujetos  (Soto  et al., 1995).
 
Debido a los altos cultivos de drogas ilícitas en Colombia, el gobierno colombiano y americano ha tomado la estrategia de erradicar los cultivos con herbicidas mediante fumigación aérea, lo que ha traído una serie de cuestionamientos por el peligro en la salud de los pobladores y la contaminación del ambiente. Algunos investigadores han mostrado que el glifosato y el Cosmo-Flux no presentan un riesgo significativo para la salud humana, por el contrario, en todo el ciclo de producción de coca y amapola los riesgos para la salud humana asociados a lesiones físicas durante la tala y la quema y el uso de plaguicidas para la protección de los cultivos ilícitos se consideraron mucho más importantes que las de la exposición a glifosato (Solomon et al., 2007).
 
Otros análisis han sugerido que el daño genotóxico asociado al glifosato y evidenciado por el test de micronúcleo es mínimo y parece tener un carácter  transitorio (Bolognesi et al., 2009).
 
En un estudio retrospectivo de cohorte realizado en 2592 mujeres colombianas fértiles de 5 regiones del país expuestas a los diferentes usos del glifosato, el análisis de la ocurrencia del primer embarazo  mostró que la  reducida fecundidad en algunas regiones no estaba asociada al uso de glifosato,  mientras que otras regiones como el Valle del Cauca tuvieron el mayor riesgo de tener un periodo de tiempo más prolongado para el primer embarazo, sin que se encontraran explicaciones para esas diferencias (Sanín et al., 2009). 
 
En la revista Food and Chemical Toxicology de la edición de septiembre de 2012 Séralini, G.-E., et al publicaron el artículo “TOXICIDAD A LARGO PLAZO DEL HERBICIDA ROUND UP Y TOLERANCIA AL ROUND UP  DEL MAIZ  MODIFICADO GENÉTICAMENTE”, el cual ha sido reproducido parcialmente por los medios por la preocupación real de que los productos alimenticios modificados genéticamente denominados transgénicos, cabe decir aquellos a los que se les ha incorporado material genético de otro para producir unas características deseadas, tales como el maíz, cebada y soya, puedan producir efectos en la salud a los seres humanos.
 
El estudio en mención fue realizado de forma experimental con ratas, tuvo una  duración de dos años de seguimiento, en donde se observó que los animales alimentados con maíz modificado genéticamente tuvieron una mortalidad significativamente más alta y mayor desarrollo de tumores hormono y sexo dependientes, es decir, las hembras presentaron grandes tumores de mama, mientras que los machos presentaron con mayor frecuencia congestiones hepáticas y necrosis, tumores palpables, deficiencias renales crónicas, resultados  que según los autores, pueden explicarse por los efectos de DISRUPCIÓN ENDOCRINA del Round UP, pero también por la sobreexpresión de los transgenes y sus consecuencias metabólica.
 
Finalmente, concluyen los autores que ya era conocido que el consumo de glifosato en agua por encima de los límites autorizados pueden provocar fallos hepáticos y renales (EPA) y que los del estudio demuestran claramente que los concentraciones inferiores a los límites legalmente permitidos del herbicida glifosato también pueden inducir graves enfermedades dependiente de hormona, tales como alteraciones hepáticas mamarias y trastornos renales. Del mismo modo, la interrupción de las vías biosintéticas que puede resultar de la sobreexpresión del transgen EPSPS en el maíz modificado genéticamente NK603 puede dar lugar a patologías similares.  
 
CONCLUSIONES
La evidencia científica poco a poco va demostrando los efectos en la salud a corto y largo plazo de los plaguicidas y herbicidas, algunos han sido eliminados del mercado, pero otros todavía persisten,  sin que la comunidad en general conozca los riesgos reales, muchas veces por intereses económicos y políticos.
 
Es cierto que se requieren mayores estudios y observaciones en personas, por lo que se recomienda a los médicos en general preguntar a sus pacientes con alteraciones hepáticas, renales, tumorales, su procedencia y su relación con los herbicidas y muy seguramente con el maíz que inundará el mercado por el tratado de libre comercio con los Estados Unidos.
 
BIBLIOGRAFÍA
Altamar, J. 2002. Herbicides and congenital malformations in Meta, Colombia. An Otorrinolaringol Ibero Am. 29(1):1-20. 
 
Bolognesi C., Carrasquilla G., Volpi S., Solomon K.,  Marshall E. 2009. Biomonitoring of Genotoxic Risk in Agricultural Workers from Five Colombian Regions: Association to Occupational Exposure to Glyphosate. Journal of Toxicology and Environmental Health, 72 (A): 986–997.
 
Cárdenas, O., Silva, E., Morales, L., Ortiz, J. 2005. Epidemiological study of organophosphate and carbamate pesticide exposure in 7 separated zones in Colombia. Biomédica. 25(2):170-80. 
 
Hewitt, A., Solomon, K., Marshall, E. 2009. Spray Droplet Size, Drift Potential, and Risks to Nontarget Organisms from Aerially Applied Glyphosate for Coca Control in Colombia. Journal of Toxicology and Environmental Health, 72 (A): 921–929.
 
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Idrovo, A. 2000. Vigilancia de las intoxicaciones con plaguicidas en Colombia. Rev. Salud Pública; 2(1):36-46.
 
Olaya-Contreras, P., Rodríguez-Villamil, J., Posso-Valencia, H., Cortez, J. 1998. Organochlorine exposure and breast cancer risk in Colombian women. Cad Saude Publica. 14 (3):125-32
 
Restrepo, M., Muñoz, N., Day, N., Parra, J., Hernández, C., Blettner, M., Giraldo, A. 1990. Birth defects among children born to a population occupationally exposed to pesticides in Colombia. Scand J Work Environ Health.  16(4):239-46.
 
Sanin, L., Carrasquilla, G., Solomon, K., Cole, D., Marshall, E. 2009. Regional differences in time to pregnancy among fertile women from five Colombian regions with different use of glyphosate. J Toxicol Environ Health A. 72(15):949-60.
 
Séralini, G.-E., et al. Long term toxicity of a Roundup herbicide and a Roundup-tolerant genetically modified maize. Food Chem. Toxicol. (2012), http://dx.doi.org/10.1016/j.fct.2012.08.005
 
Solomon, K., Anadón, A., Carrasquilla, G., Cerdeira, A., Marshall, J., Sanin, L. 2007. Coca and poppy eradication in Colombia: environmental and human health assessment of aerially applied glyphosate. Rev Environ Contam Toxicol. 190:43-125.
 
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Tenenbaum, D. Coca-Killing Controversy. 2002. Environmental Health Perspectives. 110(5): A236.
 
Varona, M., Cárdenas, O., Crane, C., Rocha, S., Cuervo, G., Vargas, J. 2003. Cytogenetic alterations in field workers routinely exposed to pesticides in Bogota flowers farms. Biomedica. 23(2):141-52. 

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